viernes, 10 de diciembre de 2010

En Nombre Del Padre


Si se piensa en un personaje de nuestra comunidad, no es difícil imaginarse un hombre que dedicó y dedica su vida a construir una esperanza de amor y fe, en los feligreses de la congregación cristiana.
Él, es un hombre que se crió en la provincia de Sevilla, España. País donde cursó sus estudios como clérigo y definió desde un principio, una tarea de salvación para los creyentes en Dios; el Padre Juan Barrios con sus ochenta y cuatro años, hoy trabaja como el primer día de su llegada, días que no fueron nada sencillos, dado que estaba todo por hacer.
Llega a esta tierra un 12 de Octubre de 1966, acompañado del padre Sarcizimo Gómez, quien fue destinado a la congregación de San Vicente de Paúl, y el padre Juan le encargaron la de San José Obrero, allí sintió, que se realizaba el comienzo de su sueño de juventud –“ir a un lugar remoto, lejos de mi lugar, para conquistar al mundo entero y para llevarles al cielo para que sean buenos cristianos,” la postura con la que afrontaría a su nueva comunidad no sería la del cura bien vestido, que se dedica a hacer lindos discursos y asiste a las fiestas de la gente adinerada del pueblo, sino que sería el cura que está con la gente, -“ si yo me integro a la comunidad, creo que va a ser mejor, creo que voy a ser mas querido y mas todo, lo otro me va costar más, yo voy a estar más a gusto con la gente y eso me va a hacer más feliz,” agregó.
La parroquia San José Obrero se encuentra en el populoso Barrio del Carmen, donde la gran mayoría de sus habitantes son de origen chileno, cuestión que en los años 78 y 79 con el conflicto del Atlántico Sur, entre Argentina y Chile, él prestaba también servicios como capellán en la Fuerza Aérea Argentina. Llegado el 18 de Septiembre, día de la Independencia del País hermano, decidió colgar del mástil de su parroquia ambas banderas, éste hecho le causo problemas con los mandos de las fuerzas, dado que en esos momentos se vivía bajo régimen militar, pero como su compromiso era con la comunidad cristiana, que no tiene nacionalidad y su formación es que todos están comprendidos bajo una sola bandera, la del Vaticano, no le importaron las represarías que podría haber sufrido en ese momento y mantuvo fuertemente sus convicciones.
Tanto empeño puso en su tarea que no solo logro su inserción en la congregación a la que había sido destinado, sino que hoy se lo reconoce en la totalidad de la comunidad cristiana de Río Gallegos.

1 comentario:

  1. Me pareció muy interesante el artículo, esta bueno que se hagan este tipo de entrevistas a esta gente que dedica su vida a cosas buenas. Personalmente conozco al padre y me parece muy buena persona y dedicada a su vocación. Estaría bueno que hagan más entrevistas a gente que no est es tan conocida y que hace tareas parecidas. Natalia

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